Conjunto etnográfico de Os Teixóis

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Datos básicos

Clasificación: Patrimonio cultural

Clase: Museos

Tipo: Etnográficos

Comunidad autónoma: Principado de Asturias

Provincia: Asturias

Municipio: Taramundi

Parroquia: Veigas

Entidad: Teijóis

Comarca: Comarca de Oscos-Eo

Zona: Occidente de Asturias

Situación: Montaña de Asturias

Código postal: 33775

Cómo llegar: Conjunto etnográfico de Os Teixóis

Dirección digital: 8CMJ8WRC+G4

 

Conjunto etnográfico de Os Teixóis

Nota: La foto que mostramos es sólo a efectos ilustrativos. Si observa algún error en el contenido, agradecemos use el formulario que hay a pie de página.

Descripción:

HORARIOS

Invierno

  • Visitas: 11:30, 12:30, 13:30, 15:30, 16:30, 17:30 h.

Verano (desde el 12 de Abril)

  • Visitas: 11:00-13:30 y 15:30-19:00 h.

TARIFAS

  • Adultos: 2,5 €
  • Menores de 12 años: Gratis
  • Entrada grupo: 1,5 € (min. 15 personas).

Bien de Interés Cultural (BIC): El Pleno de patrimonio del Principado de Asturias, presidido por la consejera de Cultura, Ana Rosa Migoya, declaró, en marzo de 2005, Bien de Interés Cultural (BIC) este conjunto hidráulico de Os Teixóis.

Localización: En la aldea de Teixois.

Acceso: La aldea de Teixois dista de la capital municipal, Taramundi, 5 km, que pueden recorrerse sin dificultad por una carretera local.

Descripción: Teixois tiene, además de sus casas y construcciones similares, un importante conjunto de ingenios hidráulicos: mazo, molino, rueda de afilar, una pequeña central eléctrica y un batán. Su estado de conservación es bueno, ya que en 1988 se firmó un convenio entre sus propietarios y la Consejería de Cultura del Principado de Asturias que permitió la total restauración del mazo, que pasó a ser un Conjunto Etnográfico, destinado a exposición pública.

MAZO

Desde sus orígenes, los mazos, junto con las ferrerías, tuvieron gran importancia —sobremanera en la actividad económica de los siglos XVIII y XIX— en la zona occidental de Asturias.

En las ferrerías se fundía el mineral en lingotes, mientras que en los mazos se trabajaban para estirarlos y dar forma a los utensilios y herramientas. Hoy, al haber desaparecido tanto los mazos como las ferrerías, se aplica la palabra mazo para designar el conjunto formado por la máquina para batir el hierro y el edificio que lo alberga.

El mazo de los Teixois aparece documentado en el Castro del Marqués de la Ensenada (siglo XVIII).

Nada se encuentra en los documentos sobre la procedencia de los mazos ni sobre quienes montaron las primeras instalaciones. Sin embargo, se admite que estas instalaciones estuvieron relacionadas con las ferrerías del País Vasco, ya que, por un lado, hay documentos donde se habla de propietarios de mazos oriundos de Vizcaya y, por otro, en el léxico de esta artesanía se descubren algunas palabras de procedencia vasca y en los concejos de Taramundi, Vegadeo y Los Oscos se encuentran apellidos como Legazpi, Azcárate, etc. Junto a ello, la información oral nos remite también al País Vasco, ya que entre los herreros ancianos de Occidente se mantiene la tradición de que las ferrerías y primeros mazos habían sido instalados por gentes de Vizcaya.

La toponimia revela que hubo mazos en toda la zona de Asturias, pero donde más abunda es en la zona occidental, debido a la presencia de mineral de hierro, al abundante caudal de los ríos y a la madera de los bosques (sobre todo brezo) que servía para fabricar el carbón vegetal utilizado para fundir el hierro y alimentar las fraguas.

En el mazo de los Teixois se estiraba el hierro y con él se hacían herramientas de campo y otros utensilios que luego se vendían en ferias: braseros, sartenes, cazos, cubos, bicas (donde se hacía el pan), etc.

MOLINO

La misma fuerza de agua que baja del arroyo de Las Mestas y que sirve para dar movimiento al mazo se aprovecha para dar movimiento al molino; éste es una construcción rectangular de mampostería y pizarra cubierta a dos aguas.

Las dependencias básicas del molino son el nivel hidráulico en la parte inferior —el infierno— y la parte superior, que es la sala de la molienda.

Observando el paisaje, se puede constatar la gran cantidad de estos artefactos hidráulicos extendidos por toda Asturias, que hoy están abandonados y en ruinas en la mayor parte de los casos por haber perdido su función.

Sin embargo, en los siglos anteriores, la producción agrícola constituía casi el único recurso económico de la población, dentro de la cual el cultivo de cereales (trigo, maíz, centeno) tenía una gran importancia, siendo así la molienda una actividad indispensable en la vida cotidiana de la región para la transformación en la harina y el pan.

El molino de Teixois, anteriormente, era de varios propietarios, que lo utilizaban según el sistema aquí llamado de Quendas (Kalendas), en virtud del cual cada propietario disponía de su uso en función de la mayor o menor propiedad que tuviera. Este mismo sistema servía también a la hora de utilizar el mazo.

EL BATÁN

Cuando las telas o paños tejidos en los telares debían tener una mayor consistencia o una consistencia más gruesa, por el uso al que iban a ser destinados, se les sometía a una nueva operación denominada abatanado o enfurtido, realizada en los batanes, pisas o pisones, toscas máquinas de madera movidas mediante energía hidráulica y situadas en las proximidades de los ríos cuya misión era producir el golpeteo de las telas por medio de unos mazos o porros.

A mediados del siglo XVIII había en Asturias cerca de 200 batanes funcionando, según datos recogidos en el Catastro del Marqués de la Ensenada; en la actualidad, sólo quedan algunos restos diseminados por la geografía asturiana; su existencia queda reflejada en la toponimia de los pequeños pueblos o en el recuerdo de las personas más ancianas del lugar donde se asentaban.

Este batán, reconstruido según los cánones y dimensionado similar a los antiguos en el conjunto etnográfico de Teixois, en Taramundi, viene a complementar el conjunto de máquinas hidráulicas que ya estaban funcionando en el lugar.

En un batán, mecanismo promovido por agua que en España se empezó a utilizar en el siglo XVII aproximadamente, se distinguen las siguientes partes: el sistema hidráulico, el armazón o estructura y el recipiente o imina.

El sistema hidráulico está formado por un canal de madera para la conducción del agua, la rueda hidráulica con su eje o árbol de levas. La rueda, de unos 2 m de diámetro, va provista de unas 16 palas que giran mediante el impulso del agua y que arrastran en su giro al árbol o eje en el que van intercaladas a 90 grados dos levas o volvedoiras, que son las que hacen subir alternativamente los porros o mazos.

El potro está constituido por cuatro pies derechos fuertemente anclados en el terreno y un bastidor superior del que penden los mazos de madera, que pesan entre 70 y 80 kg y llevan una de las bases oblicua y escalonada para facilitar el volteo de las telas.

El recipiente o imina es una gran pieza de castaño labrada, con un hueco en el que tiene lugar el abatanado de los paños depositados en su interior. Por la parte superior de la imina discurren unos pequeños canales por los que circula el agua necesaria para la refrigeración de las telas y evitar de este modo que se deterioren por el calentamiento.

Las telas se colocan en el interior de la imina, dobladas en zigzag y en cantidad de 20 a 30 varas (17 a 20 m) y se remojan continuamente durante el tiempo que dura el abatanado. Se realizan tres paradas durante el tiempo que dura la operación, con el fin de cambiar de posición los paños y obtener un abatanado uniforme. El proceso debía ser vigilado y atendido continuamente por el pisador, con el fin de evitar averías con el fin de evitar averías y, si estás ocurrían, repararlas rápidamente, ya que el continuo y desfasado golpeteo de las telas podía deteriorarlas. Una vez abatanados los paños, se ponían a secar y se devolvían a las tejedoras que los habían traído a enfurtir; si se trataba de mantas, después se sometían a un proceso de cardado para sacarles el pelo.

Hasta bien entrado el siglo XIX se seguían abatanando los paños obtenidos en el telar para obtener el sayal y la estameña; con la primera se hacían una serie de prendas de uso frecuente por el campesinado asturiano, como chaquetas, chalecos, faldas, capas, abrigos, monteras, sombreros, etc. Con la estameña aún se siguen fabricando por la zona de Cabrales los escarpines o carpines, especie de zapatillas sin suela que se calzan con las madreñas y preservan los pies del frío y la humedad.

LA RUEDA DE AFILAR

Se ubica en el cobertizo adosado a la base de la alberca (banzado) con la finalidad de aprovechar para su funcionamiento el agua del arroyo antes citado.

Este ingenio supone un grado de evolución con respecto al tradicional accionado a mano y en ella se afilaban todas las herramientas del campo que fueran de corte.

LA TROMBA DE AGUA

El fluido que desciende por un conducto contiene energía bajo tres formas: energía cinética, que depende de la velocidad y masa del fluido; energía potencial, que depende de su posición, y energía de presión, que depende de su compresión.

Daniel Bernoulli, un científico suizo, demostró que en un sistema con caudal constante la energía se transforma de una forma u otra cada vez que se modifica el área de la sección transversal de la tubería.

El principo de Bernouilli afirma que la suma de las energías cinética, potencial y de presión, en distintos puntos del conducto, debe ser constante. Al variar el diámetro de la tubería, la velocidad cambia. Así pues, la energía cinética aumenta o disminuye. Ahora bien, la energía no puede crearse ni destruirse. Por lo tanto, la variación de energía cinética debe ser compensada por un aumento o disminución de la energía de compresión, es decir, la presión.

Este principio es el utilizado en la tromba de agua. La presión del agua que pasa a través de la tromba (tubo de Venturi) disminuye cuando pasa por un estrangulamiento de ésta. Esta disminución de la presión hace que la presión atmosférica sea superior a la presión que existe en el estrangulamiento de la tromba, con lo que se produce una circulación de aire del exterior al interior de la tromba, que pasa a mezclarse con agua.

En la parte inferior de la tromba existe una cámara, de tal forma que el chorro de agua con aire tropieza en una losa situada bajo el chorro en esta cámara, haciendo que se separen ambos componentes. El agua, por medio de un sifón, se vierte al exterior y el aire queda atrapado en la mencionada cámara. De esta cámara parte un conducto que transporta el aire aquí acumulado a la fragua, que es utilizado para avivar el fuego.

Observaciones: Dispone de servicio de bar y se sirven comidas caseras en el Merendero El Mazo.

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Referencia

JIH56KH HE79IQ3 6NX7T06 I2612D5

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